LOS ITALIANOS CARLO Y LUCIANO BENETTON

TODOS LOS CAMINOS LLEVAN A LA PATAGONIA


Los europeos invierten en la compra de territorio argentino porque en sus países el precio de los campos es muy elevado. En la Unión Europea hace algunos años una hectárea podía costar entre 20 y 25 mil dólares, y en Argentina era posible pagar, por tierras sumamente fértiles, de mil a tres mil pesos.

Los italianos Carlo y Luciano Benetton llegaron a la Patagonia en el año 1991 para adquirir la Compañía de Tierras del Sud Argentino Limitado.
La familia es propietaria de un millón de hectáreas en distintos puntos del país, especialmente en la Patagonia en donde posee más del 6 por ciento de la totalidad de las ovejas esparcidas en 685 mil hectáreas en Neuquén, Santa Cruz, Chubut y Río Negro.
Más de 300 mil son utilizadas para la producción lanera necesaria para los productos Benetton. Además 11 mil cabezas de ganado sirven para alimentar la cadena de restoranes distribuidos en Europa y sus hipermercados. En total tienen 8 estancias.

Para acceder al río Chubut, que corre por el interior de la estancia, hay que atravesar cerca de 40 kilómetros de tierra privada. La intendencia de El Maitén, los acusó de clausurar con alambrados el acceso al río Chubut y varios caminos vecinales y de impedir el ingreso en una cantera municipal que quedó dentro de la estancia.

Su presencia en el Sur cobró notoriedad cuando empezó un conflicto con una familia mapuche. Atilio Curiñanco y su esposa Rosa Rúa Nahuelquir llegaron lejos con su reclamo.
El matrimonio viajó a Roma en el 2004 para exigirle a Luciano Benetton los derechos del predio conocido como Santa Rosa, que está adentro de la estancia Leleque, posesión de la compañía, en Esquel.
Rosa y Atilio se habían instalado en el paraje en agosto del 2003. Levantaron un rancho, labraron la tierra, llevaron unas gallinas y unos pocos chanchos. Pasado un mes la policía los desalojó. Y empezaron las protestas pero la Justicia Argentina en un juicio civil dictaminó que ese terreno pertenece a la compañía.
El 11 de noviembre del 2003 se realizó la reunión entre los mapuches y Benetton en el Capitolio de Roma, a las cinco de la tarde, con el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, como mediador. El encuentro tuvo un clima de tensión.
El ofrecimiento final de Benetton fue la intención de donar al Gobierno Argentino 2500 hectáreas para que lo destine como propiedad comunitaria a los mapuches. El grupo empresarial quiso ceder tierras en una zona cercana conocida como Tierra Parada, pero la oferta volvió a ser rechazado.

En la actualidad los escraches no se detienen en Esquel o en Italia con el apoyo de grupos de izquierda europeos y opositores al grupo Benetton.