lunes, 30 de marzo de 2009

Malvinas...

Aún duele…


Salía de una librería y me lo encontré. Nunca nos habíamos visto pero, como nunca antes, me sentí parte responsable de su realidad.
Solo atiné a preguntarle qué le había pasado a su pierna que estaba infectada e hinchada como si recién se hubiera golpeado.
Me comentó que la morfina calmaba su dolor y luego de escuchar su historia entendí que ni siquiera ella iba a calmar tanta soledad.
“Soy ex combatiente viste”, me resumió, como si eso fuera suficiente para comprender su situación. Y aunque me dio un panorama no pude ponerme en su lugar.

No era la primera vez que me encontraba con uno de ellos… en el subte, en el tren. Y no siempre les aporto. No recuerdo sus rostros pero todos me generan la misma sensación de rabia frente a esa realidad que les toca, con un futuro que no eligieron y del que fueron víctimas.
Mi hermano podría haber sido uno de ellos. Un chico con ansias de pelear por su país sin saber que la guerra solo gana perdedores.

Exitistas. Así como la pelea campo-gobierno: a ver quién gana… de un lado o del otro. Sin reflexión, sin criterio, nos vendieron que íbamos a luchar por la Patria. Sonaba como la trama de una película yanqui; en donde los buenos siempre ganan. Y éramos los buenos.
Una masacre nacionalista a conciencia planeada por un represor como Galtieri, que eufórico de violencia arengaba: "Si quieren venir que vengan, que les daremos batalla".
Les dimos 649 almas y demasiadas familias destruidas.

La derrota en el conflicto precipitó la caída de la junta militar y Margaret Thatcher logró la reelección en las elecciones de 1983.
Si los números reflejan la desidia de aquella generación lapidada la cifra no oficial de 454 ex combatientes que se suicidaron durante el transcurso de los años culmina de cerrar la sensación de impunidad colectiva que un día como hoy toma el feriado como un recordatorio.

Aún existen, y piden como tantos otros la dignidad de un trabajo, atención médica y algo más que un día del año para lamentarnos por ellos.

Un cálido abrazo y un eterno perdón…

Pamela Fadiga

4 comentarios:

Anónimo dijo...

MALVINAS FUE UNA VERGUENZA MAS DE LA PUTA DICTADURA.
NO POR HABER PERDIDO LA GUERRA COMO MUCHOS CREEN, SINO POR LO QUE QUISIERON HACER Y LO QUE HICIERON CON NUESTROS CHICOS.

SANDRA

Anónimo dijo...

realmente aún duele...y mucho. Se siguen suicidando nuestros hijos por la falta de comprensión de una sociedad que creyó que jugar a la guerra era como un partido de fútbol.

Asesinos los milicos del proceso y cómplices los muchos sectores de la sociedad que le hicieron el juego permitiendo este acto de estupidez.

Duele mucho reconocerme parte de esta sociedad que avaló la guerra.

Marta Iribarne
Villa Pueyrredón

Anónimo dijo...

algún día tendremos que comprender que esta guerra fue mucho más que el 3 a 1 del mundial 86...

Manuel.
padre de un ex-combatiente

Anónimo dijo...

Muy buena la nota!!!!!!!

bien Pame.
desde la cama...
Néstor