martes, 16 de junio de 2009

Radiodifusión de la dictadura y de la democracia

Por Néstor Elias

Una sociedad regida por el proyecto comunicacional de la dictadura

La actual ley de radiodifusión de a Republica Argentina (22.285/80) fue promulgada el 15 de septiembre de 1980 y reglamentada el 18 de febrero de 1981 a través del decreto 286/81 dictado por la Junta Militar que usurpó el gobierno entre 1976 y 1983. La misma derogó la ley 19.798 que regía hasta entonces y había sido sancionada el 22 de Agosto de 1972 dando origen a la Comisión Nacional de Radio y Televisión (CONART), antecedente inmediato del Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) creado el 22 de agosto de 1981. Esta nueva ley fijó criterios para la radiodifusión en todo el territorio nacional, y hoy se la conoce como la Ley de Radiodifusión de la dictadura militar.
La primera pregunta que surge es ¿Es ésta la Ley de la dictadura? Si consideramos que fue en ese período en el cual nació, podríamos decir que sí que efectivamente es una ley surgida en el seno del proyecto que encarnaron los militares argentinos que excedió claramente a un plan de gobierno. Ahora si aplicamos otro punto de vista podemos decir que dicha ley tuvo vigencia durante prácticamente tres años de dicho proceso, mientras que lleva regulando y reglamentando todo el desarrollo de los medios durante más de 25 años de democracia. ¿Es entonces ésta una ley de la dictadura o de la democracia? En todo caso es una ley profundamente injusta y llena de recomendaciones “morales” que fijaron los personajes más inmorales de la Argentina.
El decreto 286/81 lleva las firmas de Jorge R. Videla, Albano E. Harguindeguy, Jorge A. Fraga, José A. Martínez de Hoz, Carlos W. Pastor, Juan R. Llerena Amadeo, David R. H. de la Rival.

El origen de ésta ley, era garantizar el control de los medios por parte de grupos que tienen esa tendencia de apropiarse del bien común. Así fue que el acuerdo de la Iglesia Católica, y algunos sectores empresariales y políticos les dio a estos sectores la gran posibilidad de obtener una enorme cantidad de licencias simplemente por adherir al proyecto general de exterminio de todo tipo de ideas “espurias y extranjerizantes” (según palabras del general Videla), exterminio de los dueños de dichas ideas, de sus hijos y de sus nietos… Así se concentró parte del poder en la Argentina de los años ’80. Durante los ’90 los “estadistas” del paradisíaco primer mundo que iba a instalarse en la Argentina hasta el estallido de la crisis del 2001, vieron en esta ley maravillosas virtudes para ofrecerles a sus socios negocios inigualables y permitirles mantener comunicacionalmente un estado de difusión constante del modelo del futuro…Durante la década del ´90 fue cuando se entregaron la mayor cantidad de licencias de radios y TV, además de ser el período durante el cual se llevó a cabo la casi totalidad de las privatizaciones de medios estatales. Es bueno recordar las irregularidades surgidas de dichos procesos de privatización violando varios aspectos de la mismísima ley de radiodifusión en cuestión.
Se profundizó por entonces, la multiplicación de nuevos espacios sociales que se incorporaban a la vida comunicacional y que habían resurgido a mediados de los años ’80 con el auge de la llegada de la democracia y la fuerte necesidad de expresarse. Así se fue generando el mayor movimiento inorgánico de radios comunitarias y autogestivas que registra el país como respuesta a ese fenómeno de usurpación y la pretendida concentración del aire. Ésta situación de desarrollo ya no iba a parar hasta la actualidad.

La ley de radiodifusión, hay que decirlo, fue un eslabón más del proceso terrorista y usurpador que controló a la Argentina durante las tres últimas décadas y que tuvo diversas etapas de desarrollo militar, ideológico, económico y social. Dicho proceso se quedó con casi todo y eso incluyó la libertad de expresión y el derecho a la comunicación libre que tiene todo ciudadano. La falta de igualdad y la coacción han sido algunos de los mecanismos que permitieron su sostenimiento en el tiempo. Varios grupos políticos se vieron beneficiados de diversas formas a través de ella. Recordemos que el COMFER siempre fue un nicho político de interés partidario, así como las ansiadas secretarias de difusión y comunicación social. Por allí pasaron personajes increíbles de la política nacional y muchos de ellos se han valido de ello para financiar y potenciar mega-empresas de comunicación y publicidad que aún hoy tienen actividad.

Palabra de ley

Mucho se habla de la ley “de la dictadura” pero a veces poco se sabe que tipo de cosas dice la ley. Es bueno revisar algunos renglones para entender un poco más que se ha pretendido con ella y que tipo de grupos estuvieron y están detrás de dichos articulados.
Por ejemplo en el artículo 1ro (que cuenta con 16 puntos) se menciona lo siguiente:

“Destacar los lazos de la unidad familiar y la trascendencia de ella como célula básica de la sociedad cristiana” y sigue en otro punto “Tratar sólo en forma incidental todo lo relacionado con ciencias ocultas, adivinación, astrología, curanderismo u otras expresiones afines, siempre que la referencia sea indispensable para abordar el tema principal”. “Abstenerse de todo contenido que presente el triunfo del mal sobre el bien, que incluya expresiones lascivas y de perversión sexual o que ataque el concepto positivo de la natalidad”. Por último dice la reglamentación “La información sobre actos subversivos deberá ser emitida en cuanto a imagen, relato, interpretación o referencia, afirmando el carácter delictivo de los hechos a efectos de negar la acción o propósito de los delincuentes”. A éstos aspectos se le deben sumar algunas dificultades que plantea dicha ley para la obtención de licencias que nunca fueron cumplidos aún en la desigualdad que la misma plantea. Por ejemplo personas con procesos judiciales abiertos se han adjudicado licencias de estaciones de radio y TV. Empresas con claros funcionamientos monopólicos se fueron configurando legalmente en lo que hoy conocemos como multimedios. Por último la imposibilidad manifiesta de acceder a una licencia por cualquier ciudadano o grupo de ciudadanos que cumple con tareas comunitarias sino está encuadrado en el marco de una institución formal hacen de esta ley una herramienta de injusticia social.
Volvemos a preguntarnos a estas alturas. ¿Es la ley de la dictadura? ¿Tenemos ciertos aspectos del proyecto de dictadura viviendo en ésta ley? ¿Cuántos presidentes populares pasaron sin tomar la decisión política de permitir el derecho a la información libre, a recibirla y ejecutarla con todas las garantías previstas en nuestra Constitución Nacional? ¿Dependeremos nuevamente de un conflicto mediático entre el gobierno de turno y algún multimedio o empresa de negocios de la información para poder escuchar a un presidente hablar de reglamentar una nueva Ley de Radiodifusión?

Calculo que la mejor respuesta que podemos ensayar es que será responsabilidad de todos poner y exponer este tema hasta darle la necesidad y urgencia que éste requiere. Hemos visto que ningún presidente hasta aquí ha querido meterse con este espinoso tema.

¿Derechos? adquiridos

Durante la gestión de Néstor Kirchner el gobierno nacional renovó la totalidad de las licencias de televisión y radio a los actuales licenciatarios por un período de 10 años.
A través del decreto Nº 527/05, el entonces Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, decidió suspender “por el plazo de 10 años los términos que estuvieren transcurriendo de las licencias de servicios de radiodifusión o sus prórrogas previstos en el artículo 41 de la Ley Nº 22.285 y sus modificatorias”.
En aquel momento, Kirchner dijo que el objetivo de la medida era otorgarle "previsibilidad" a la actividad del sector y "favorecer las inversiones".
El entonces jefe de gabinete, Alberto Fernández, explicó los motivos que llevaron al Gobierno a firmar este decreto. Fernández reconoció que la prórroga de las licencias era "un viejo reclamo de los medios". Y dijo que debido a la debacle del país en diciembre de 2001, los medios de difusión tuvieron serios tropiezos, "algunos entraron en cesación de pagos, concursos preventivos, y moratorias". De esta manera, el Poder Ejecutivo prorrogó por diez años las licencias otorgadas por la dictadura (por 15 años) y prorrogadas por Menem (por otros 10 años) que estaban vencidas o a punto de vencer.
El decreto Nº 520/05 mantuvo y consolidó la vigencia de la norma de facto N° 22.285.
Sin dudas fue una clara señal de toma y daka que el gobierno del Dr. Kirchner dio al empresariado del sector.
Más tarde y ya bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el ejecutivo no encontró la reciprocidad esperada y amenazó al sector con impulsar y generar una nueva Ley de Radiodifusión más inclusiva. La portada de los distintos medios nacionales tuvieron que mencionarlo debido a la cantidad de actos públicos en los que dicha impronta fue mencionada como una bandera del cumplimiento de una deuda que la democracia tenía con la sociedad. Sin embargo pocos días después en otra mesa de discusión algo más amplia el gobierno le bajaba el perfil a la campaña por la nueva ley que volvía a deambular por los pasillos de todos los despachos oficiales otra vez sin ser vista por funcionario alguno.
Entretanto otras voces salían a pedir el respeto por los derechos adquiridos en el pasado. Tal fue el caso del vocero del Episcopado Jorge Oesterheld y el empresario Carlos Ávila.
De la mano de la Coalición por una Nueva Ley de Radiodifusión, los 21 puntos promovidos generan fuertes expectativas y sentimientos de lucha en muchos sectores populares en todos los rincones del país

No hay democracia posible mientras las mayorías están silenciadas.
Las frecuencias radioeléctricas pertenecen a la comunidad, son patrimonio común de la humanidad. Deberían ser administradas por el Estado con criterios democráticos y adjudicadas por períodos de tiempo determinados a quienes ofrezcan prestar un mejor servicio. La distribución debería contemplar a todos los actores sociales en igualdad de condiciones y brindar idénticas oportunidades.



Colectivo Devenir

6 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente artículo. Hay mucho que decir sobre la ley de radiodifusión. Espero que sancionen una nueva muy pronto.

Hebe.

Anónimo dijo...

Coincido plenamente con el comentario anterior. Muy buen trabajo. Salió publicado?
Néstor

Anónimo dijo...

El otro dia desde la voz de las madres se lanzo una apurada a cristitna para que ya se envie el proyecto que se viene debatiendo sobre servicios audiovisuales, creo que asi se llama.
ustedes que opinan

martin

Anónimo dijo...

que buen programa hicieron troyanos
vivan los 20 años de amor a la tribu.

Victor

Anónimo dijo...

esperemos que esta vez si podamos tener una nueva LEY DE RADIODIFUSION porque es una verguenza arrastrar la de la dictadura. muy buena nota

miguel.

Anónimo dijo...

EXIGIMOS EL PRONTO ENVÍO DE LA NUEVA LEY DE SERVICIOS AUDIOVISUALES AL CONGRESO PARA SER DISCUTIDA Y VOTADA.
ES NECESARIO NO SEGUIR AMENAZANDO CON ESTA LEY Y HACERLA EFECTIVA.

JUAN CARLOS GALINDEZ
AGRUPACIÓN RODOLFO WALSH
DE LA PROVINCIA DEL CHACO