viernes, 15 de noviembre de 2013

El mundo del revés: Policías detenidos por apremios ilegales seguidos de muerte de un jóven, denunciaron a la APDH La Matanza


Pablo Pimentel, quien preside la APDH La Matanza, fue denunciado en la causa que se investiga la muerte del joven Gabriel Blanco. La denuncia fue realizada  por un abogado que defiende a los policías acusados del asesinato del joven.  
Pablo Pimentel con los Troyanos del  Sistema /FM La Tribu
El doctor Rubén Adrián Fernández sostiene que integrantes de “organismos de derechos humanos” entrevistaron “a testigos con la finalidad de obtener declaraciones falsas y agravar la situación procesal de los imputados… ofreciéndoles beneficios procesales a cambio de declarar en contra del personal policial”, en referencia a los efectivos de la Bonaerense que están en prisión por la muerte del joven en la comisaría del barrio San Carlos. La presentación pretende involucrar, además, a la Comisión Provincial por la Memoria que presiden el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el abogado Hugo Omar Cañón.
La APDH-La Matanza, organización histórica y fiel referente en la defensa de los DDHH,  sostiene que la Justicia tiene que trabajar con total independencia y debe desestimar las maniobras de quienes pretenden mejorar la situación procesal de sus defendidos a costa de mentiras y difamaciones.


Breve síntesis del caso Gabriel Blanco
Gabriel Blanco fue presionado por efectivos policiales para robar en zonas liberadas, tal como sucedió con el joven Luciano Arruga en Lomas del Mirador. Ninguno aceptó. Un día le dijeron a Gabriel: “Te vamos a detener y no vas acontar más el cuento, vas a aparecer en una zanja”. Lo mismo le dijeron a Luciano.
Blanco tenía 21 años, vivía en el barrio “La Borward”, de Isidro Casanova, tenía algunas caídas por robo pero la policía lo venía persiguiendo y hostigando para que robara para ellos. El 1º de marzo de 2007 lo detuvieron en la comisaría de San Carlos, su esposa lo escuchó gritar y se ofreció para calmarlo mostrándole a la hija de ambos. Le dijeron que se vaya tranquila porque ellos se iban a ocupar de tranquilizarlo. Gabriel fue detenido a las nueve de la noche y a las doce apareció colgado con un cable de luz en un calabozo oscuro.
Cuando los familiares fotografiaron el cadáver se dieron cuenta que tenía la mortaja pegada para que no se vea como estaba. La policía había hecho una autopsia pero luego se pidió otra en la cual se comprobaron golpes y la falta de dientes.
Por otra parte, la policía científica hizo pruebas con los cables que, según los uniformados, Gabriel habría utilizado para suicidarse: se cortaron con la presión de un peso de cincuenta kilos, cuando Blanco tenía un metro ochenta de altura y más de 80 kilogramos. Era imposible que se ahorcara.
Se pidió una reconstrucción del hecho y quedó claro que una persona alterada no podía pasar un cable por donde, supuestamente, se habría atado para colgarse. El gendarme que hizo la prueba tardó media hora y estaba emocionalmente equilibrado y con luz.
Ante los hechos, se pidió la indagatoria para los tres funcionarios de la comisaría La Matanza Oeste 2ª, acusados por detención ilegal y tortura seguida de muerte.
La apelación de la prisión preventiva del subcomisario Rubén Darío Suárez; el suboficial Ariel Emiliano Gómez y del oficial Pablo Balbuena -por torturas seguidas de muerte- fue desestimada por la Sala I de la Cámara de Apelaciones del Departamento Judicial de La Matanza. En la causa también están procesados -por encubrimiento- el comisario inspector Claudio Horacio Javier Ilundayn y el capitán Daniel Omar Dos Santos.

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