miércoles, 7 de julio de 2010

¿Hasta cuando?

por Néstor Elias

En la madrugada del domingo perdió la vida Luisito, un bebé de 26 días que vivía en la calle bajo la autopista con su familia. Con un cuadro neumopático amaneció sin respirar el aire viciado de una ciudad que cruelmente nunca lo vió, nunca se ocupó y nunca se interesó por su vida.

Paola Fernández su mamá, tiene cinco hijos más de dos parejas con quien compartió afectos y vida en su pasado. Marcos Navarro Almeida es el papá de Luisito, el bebé muerto. Ellos hace cuatro meses tuvieron que instalarse en la calle debido a que el Gobierno de la Ciudad, que renovó su subsidio habitacional, no logró que alguno de sus hoteles contratados los tomaran dado que contaban con cinco niños. Ante tal negación la opción era ir a algún parador del Gobierno pero no podrían hacerlo juntos ya que sólo tomarían a la mujer con sus hijos, o al padre de Luis (que aún no llegaba al mundo). Así llegaron a la calle Pichincha en su cruce con cochabamba, a sólo unas cuadras de mi casa. Allí los conocí cuando con mi familia nos acercamos a dialogar y a llevarles algunas indumentarias que podrían ayudarles a sus niños. Allí conocimos a Luisito, apenas entraba en la mano de su padre al tomar un biberón. Volvimos.

El lunes un masazo atravesó nuestra casa cuando nuestra hija recibió en su mail la noticia sobre la muerte de un bebe de 26 días bajo la autopista. Si bien no había dirección en ese mail todos supimos que podía ser Luisito.


Recién el lunes, después del fallecimiento del bebé, la Dirección General de Atención Inmediata de la ciudad a través del programa Buenos Aires Presente, les consiguió “una habitación en un hotel ubicado Sáenz Peña y Pavón” nos contó Almeida. Según pudimos averiguar, en el nuevo hotel la familia “tiene permiso de quedarse hasta el jueves 8”. Si los quisieran echar, ellos están dispuestos a resistir un eventual desalojo.

Volvió la bronca por la terrible injusticia.
Volvió la bronca por el desinterés que sigue mostrando el gobierno de la ciudad ante el riesgo de la vida humana.
Volvió la indignación por ver nadie se ocupa en serio de lo que hay que ocuparse.
¿A esta altura donde quedan las declaraciones? ¿Dónde las chicanas PRO? ¿Dónde la berretas aspiraciones políticas de los unos y los otros?
Volvió la indiganción, se instaló y empuja nuevas acciones para hacer visible lo invisible.
¿No debió ser tapa de un periódico la muerte de un bebé de 26 días en situación de calle en la ciudad más próspera del país?
¿Cuantos Luisitos más debemos seguir penando las buenas personas de este país, de esta ciudad, las buenas personas de mi barrio?
¿Que nos pasa a los porteños que no logramos ver lo obvio, lo obseno, lo criminal?

¿Hasta cuando?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias Néstor por tanta humanidad puesta al servicio del conjunto.
Ví tus comentarios en facebook también y coincido plenamente contigo.
¿Que pensarán, o mejor aún que sentirán aquellos periodistas cuando titulan que los responsables de la muerte de un bebé en situación de calle son sus padres?

es increíble que haya que explicar lo obvio como vos bien dijiste en face

Claudia
¿una desadaptada social? Quizás

Anónimo dijo...

lo de Macri no tiene perdon,pero seguro que la muerte de este niño no le va a quitar el sueño.

clara