Félix Díaz, el cacique perseguido: “Ese territorio es ancestralmente nuestro”
Publicado el 26 de Noviembre de 2010
Por Ramiro Barreiro
Desde Laguna Blanca, Formosa
Mientras la policía reprimía a los indígenas, una veintena de casas, entre ellas la de Díaz, fueron incendiadas. Con pedido de captura, denunció los atropellos y dijo: “No queremos ver a nuestros hermanos morir abandonados.”
Mientras duraba la represión en la ruta, una veintena de casas fueron quemadas, y la comunidad qom apunta a la policía. El terreno que sufrió mayor daño está comprendido por dos alambrados que delimitan por ley la tierra perteneciente a los indígenas. Allí viven, entre otros, el cacique Félix Díaz, cuya casa mostraba los daños producidos por el fuego.
Díaz fue uno de los protagonistas de la represión del martes. Hoy su casa está incendiada y él se encuentra prófugo de la justicia. La versión de los suyos indica que el abogado de la familia que se autoproclama propietaria de los terrenos le disparó a Díaz a sangre fría, pero no le acertó.
“Durante cuatro meses reclamamos las tierras que han sido expropiadas en el año 2007, y cedidas a la familia criolla Celía –explicó Díaz, desde la clandestinidad–. Les dieron dos mil hectáreas que son propiedad de la comunidad por un decreto del año ’40. Ese territorio ha sido nuestro ancestralmente.”
En diciembre del año pasado, decidieron en asamblea salir a la ruta, y al no tener las herramientas jurídicas que sí tiene la familia Celía, argumentó Díaz, y sin respuestas por parte del gobierno provincial, prolongaron la medida.
Debieron soportar “vehículos sin chapa que nos atropellaron, persecuciones a los jóvenes y gendarmes borrachos que nos venían a pegar. Nosotros nunca contestamos esas agresiones, porque los indígenas estamos acostumbrados a las burlas de la sociedad, como cuando nos dicen ‘indios de mierda’ o ‘para qué quieren la tierra si no la trabajan’. Nosotros no vemos la tierra como un negocio.”
Finalmente, Díaz protestó: “Estamos cansados de tanta injusticia, no queremos ver más a nuestros hermanos morir abandonados, no queremos ver más gente sin agua, queremos vivir dignamente, con la garantía de tener tierra suficiente para desarrollar nuestra cultura”, y solicitó: “Mi pedido es que nos entiendan y que respeten las diferencias. Somos reconocidos a través del Estado Nacional como preexistentes al propio país y esa garantía nos da la posibilidad de recuperar lo nuestro en los territorios que han sido despojados a través de mucha muerte, porque la tierra ha sido causa de mucha muerte entre los pueblos originarios de América. Esa deuda se puede saldar devolviendo los territorios que están en manos privadas, en áreas protegidas, y también los recursos naturales que tanto necesitamos. Una vez que tengamos ese territorio, no vamos a negociarlo ni a venderlo a empresas turísticas, porque es parte de nuestra vida.”
Fuente: Tiempo Argentino
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